De Romeo Castelucci.
Retratar la condición femenina, su universo y su realidad en el mundo contemporáneo encarna una constante del teatro, pero ningún director se había atrevido a hacerlo de la manera en que lo hizo Romeo Castelucci.
Considerado como uno de los directores más trascendentes de la escena europea, su obra Hey Girl! fue recibida con asombro por el público en su primera representación en México.
Durante la función, el espectador es invadido por una serie de metáforas visuales y sonoras que transcurren de lo poético a lo grotesco y lo desgarrador y que provocan el cuestionamiento de su sistema de creencias. No es de extrañar que esta puesta en escena de Castelucci haya impactado de tal forma al público, pues además de su irreprochable dominio de los recursos (escenografía, espacio, luz, sonido y actuaciones) pone el dedo en la llaga en uno de los temas más sensibles para la sociedad mexicana: la violencia contra las mujeres, la cosificación de lo femenino. Es ahí donde el discurso de Hey Girl!, constituye un puente entre lo particular y la universalidad que busca todo creador y que en este caso se logra a través de un teatro/performance donde apenas hay susurros, donde la contundencia de las imágenes es tan elocuente, que nadie puede poner en duda que ha asistido a un evento al que, por lo menos, puede calificarse de impactante.
Al final de la obra y después de haber sido estremecidos, llevados del espanto a la ternura por este ritual dramático, todos los ahí presentes apenas si atinamos a aplaudir, hasta que poco a poco, logramos salir del estupor.
Segura estoy de que habrán de pasar varios días para que logremos digerir tanto contenido, tanta belleza y tanta tragedia mezcladas por Castelucci. Por mi parte, imposible olvidarla, imposible dejar de lado la catarsis que provocó. Uno acude al teatro con la esperanza de ser otro al salir y yo no soy la misma luego de ver Hey Girl! Un montaje que, sin duda, representa una de las cartas fuertes del Festival de México y que nadie habría de perderse.
Michelle Solano.
Teatro de la Ciudad
fmx – Festival de México 2010
¡Déjate transformar!