lunes, 14 de febrero de 2011

AURAL PRESENTA: Exploración Aural

Maja Ratkje, Kan Mikami, Aaron Dilloway, Manrico Montero

por Israel Martínez

Aural apuesta por el riesgo y la apertura auditiva, invitando artistas de distintas geografías, generaciones y contextos sonoros; lo que, sin duda, resultará un deleite para el variopinto público de nuestro festival, quien descubrirá nuevas fusiones y estéticas dentro del infrenable camino de la vanguardia musical.

Maja Ratkje (Trondheim, Noruega. 1973) ha conjuntado desde hace quince años, dos posturas de la música que usualmente se repelen: la precisión y frialdad de la composición instrumental académica, con la espontaneidad y catarsis que provoca la improvisación y el ruidismo, generando una compleja fusión entre estas, en la que es difícil precisar la estrategia elegida por Ratkje, cuando una tormenta gestual logra una forma bastante organizada y una transformación espectral similar a las técnicas electroacústicas, o cuando una sección instrumental remite al caos con el virtuosismo que por lo general sólo un compositor de cepa puede inducir en su partitura.

Maja Ratkje. Fotografía por Iztok Zupan 
Ratkje inició sus estudios de música desde la infancia, mostrando mayor interés por la ejecución del piano, la voz y, posteriormente, la composición. Desde 1995 se relacionó con la tecnología para la creación musical y tan sólo un año más tarde comenzó con el cuarteto femenino de improvisación SPUNK. A partir de entonces su carrera ha sido incontenible creando música para artes escénicas, instalaciones, obras orquestales, óperas, proyectos en solitario de improvisación, el dúo Fe-mail, el trío POING y distintas colaboraciones. Su discografía se ha difundido a través de valiosos sellos como Tzadik, ECM, Rune Gramoffon, Important, entre otros. Recientemente, Ratkje musicalizó la escultura “Desibel”, un corno de diez metros de longitud en el que reproduce una composición de diez minutos incluyendo principalmente sonidos de trombón, recibiendo una mención honorífica en el Prix Ars Electronica 2010.

En Aural presenciaremos un set de improvisación vocal y electrónica en vivo, tema en el que Ratjke se ha especializado siendo hoy por hoy uno de los mejores músicos en este campo a nivel mundial. Muestra de ello sus grabaciones: Voice (2002) y Stalker (2006), además de su colección River Mouth Echoes (2008), que nos dan una gran idea del interminable flujo gestual de su voz, el control y propulsión que otorga la tecnología, así como el goce sensorial que provoca el ruidismo como una exploración y no como una salida fácil.

Japón siempre ha resultado un fabuloso enigma para occidente, el sonido o la música no permanecen alejados de este fenómeno de atracción y de extraña interpretación de su cultura; para muestra un botón: el japanoise, corriente de improvisación y/o composición con sonidos estridentes, una estética violenta, a veces repulsiva para algunos escuchas, curiosamente una ruta espiritual para muchos músicos japoneses. Aural presenta a Kan Mikami (Kodomari, Japón. 1950), cantante, guitarrista, escritor y actor de cine, bastante reconocido tanto en la cultura popular como subterránea de su país, y quien en los últimos años ha esparcido su propuesta en otros países rompiendo los límites del lenguaje.

Mikami creó sus primeras canciones a principio de los setenta, influenciado por el blues norteamericano, así como la literatura beatnik y otros comunes de la contracultura mundial de los cincuenta y sesenta. Su lírica, inicialmente dirigida hacia tópicos estudiantiles de la época como la guerra de Vietnam, fue enfocándose posteriormente en temas ambiguos como la violencia o la locura, no necesariamente desde un punto moral sino ofreciendo distintos perfiles psico-sociales. Poco tiempo después de su comienzo como compositor fue firmado por una disquera transnacional y convertido en un icono de la cultura popular en Japón, apareciendo de esta manera en distintas películas y en televisión. Sin embargo, en un sistema comercial que se indigesta rápidamente, Mikami se quedó sin apoyo corporativo y para los ochenta apenas hacía esporádicas presentaciones en vivo. Desde entonces incorporó nuevas técnicas a su música, transitando del folk hacia el jazz y el ruidismo vía la improvisación, resaltando sus posibilidades vocales, creando infinidad de gestos guturales que se entremezclan con un lenguaje claro en japonés, convirtiéndose así en un referente de la experimentación sonora de ese país, un artista que ha hecho del horror y la incertidumbre literaria, un punto de partida auditivo.

Aaron Dilloway es primordialmente conocido por su trabajo con la agrupación estadounidense Wolf Eyes, de la cual es fundador, y a quien se debe, en cierta medida, la difusión de la experimentación y el ruidismo en el rock norteamericano del joven milenio. Desde la segunda mitad de los noventa ha creado estridentes sonidos con distintos medios análogos y su voz, realizando colaboraciones con gente como Kevin Drumm, C Spencer Yeh y Carlos Giffoni, entre otros, las cuales han sido publicadas tanto en cassette como vinilo y formatos digitales, algunas de estas dentro de su sello Hanson Records.

Si leemos el manifiesto El Arte de los Ruidos, escrito por el futurista Luigi Russolo en 1913, y tratamos de buscar esos sonidos en la actualidad, posiblemente nos encontremos con la música de Dilloway: llena de movimiento, maquinista y brutal; explorando distintos rangos de distorsión a partir de la improvisación con instrumentos análogos, además de algunas grabaciones que el músico realizó en Nepal a mediados de la década pasada, las cuales, evidentemente, son transformadas junto con otros sonidos generados en tiempo real. Dilloway por igual mantendrá al filo de la escucha a los exquisitos amantes de lo que hoy podría ser una mutación de la llamada música de cinta, como a los jóvenes entusiastas del rock estridente.

Manrico Montero
Manrico Montero (Ciudad de México. 1973) es clave en el desarrollo de la música electrónica en este país desde la segunda mitad de los noventa, cuando formó parte de los colectivos Alcachofa Sound System y Parador Análogo, impulsando estéticas como el drum&bass, el ambient y la experimentación. Iniciando el joven milenio Montero formó Igloo Records, que a la postre sentó las bases de lo que hoy es Mandorla, proyecto que difunde diversas formas de exploración auditiva incluyendo el trabajo en solitario de Montero, así como su proyecto colectivo La Orquesta Silenciosa.

Montero ha presentado un trabajo diverso en los últimos diez años, del ambient más onírico y el pulso sugerente del dub, hasta la improvisación con objetos, guitarra, y electrónica. Lo que ha sido una constante es su pasión y disciplina en la grabación de campo y, en los últimos años, su especialización en la bioacústica y el estudio y documentación de las aves marinas, tarea que desarrolla en sus constantes viajes por distintos puntos del orbe y teniendo como base La Paz, Bolivia. Además de haber publicado en los sellos que ha gestionado, ha editado material en disqueras europeas como SEM y Trente Oiseaux; su álbum Betweenness (2008), es un ejemplo de la fuerza contemplativa que induce el entretejido sonoro que propone Montero en cada una de sus presentaciones en vivo.

La música experimental permanece hasta cierto punto aislada del ámbito comercial, aunque paulatinamente influyendo en ella, con técnicas y posturas que a menudo son imitadas por creadores que logran una resonancia masiva gracias a los medios de comunicación (por ejemplo en el cine). Esto, más que ser una desventaja, ha representado una extensa cosecha en un inacabable territorio de libertad, juego, expresión y placer. La música experimental no tiene fronteras, Aural se suma a esta celebración.